2008-10-26

CONFESIONES DE UNA ESPABILADA

Va a ser que la gente tiene razón cuando me dicen que vivo en la luna. En las próximas líneas quiero explicar las fantasías que me monta mi cabeza. Bueno, o más bien, la última jugarreta que me ha jugado.
Llevo cierto tiempo (será eso de mes y medio, quizá sean dos) mosca con las luces de mi furgo. La cosa es que las cortas no alumbraban bien, o más bien, alumbraban una mierda (ruego disculpas por mi informal vocabulario) , y por eso, me veía obligada a darle a las largas cada vez que salía de una población (y siempre, procurando cambiarlas cuando me cruzaban los coches de frente). Lo comenté en casa y me recomdaron llevarlo al taller para que me pusiesen unos faros nuevos. Pero dejada que es una, yo seguía con mis lintenitas fundidas y mis largas, quejándome siempre, solo cuando me montaba de nuevo en mi asiento y giraba la ruedecilla de la luz. El otro día, cuando Ane y yo volvíamos de Durango, esta flipaba porque no nos reflejábamos ni en los escaparates... la cosa no eran solo alucinaciones mías. Le conté también el último descubrimiento sobre las palanquitas de mi buga: había encontrado una posición en la palanquita de la izquierda del volante, que si lo atraía hacia dentro, ¡la larga se hacía más larga! Pero esa segunda larga solo permanecía iluminada mientras yo mantenía la palanca accionada. Las dos comentamos lo rara que era mi adquirida furgonetilla.
Llegamos a casa donde ama y Txabi nos esperaban para cenar. Nosotras sacamos la conversación de la extraña disposición del sistema de iluminación de mi vehículo. No sé en qué punto del intercambio de experiencias alguien hizo el comentario que cambiaría el curso de todas nuestras sospechas. “Tú entras en el coche, le das dos veces a la ruedecilla y enciendes las cortas”. Mi cabecita despertó de su largo letargo y fantástico sueño, y abrí los ojos sorprendida mientras mis labios vocalizaban: “¿Qué? ¿Si le doy DOS veces enciendo las cortas? ¡Acabáramos!”. Las consecuentes risotadas y miradas de incredulidad me rodearon durante el tiempo que se alargó la ingesta de los manjares que teníamos por cena. Resulta que: ni mi coche era fantástico, ni el sistema de iluminación era diferente a la de cualquier otro vehículo, ni mis cortas estaban fundidas, ni tenía dos largas (larga y superlarga, como mi hermana había bautizado a mis extrañas luces), ni la gente se confunde cuando me dice que tengo una cabeza de chorlito. Era yo la que circulaba con las ilegales luces de posición, creyendo que eran las cortas fundidas (o las famosas lintenitas) y ponía las cortas creyendo que eran las largas (por supuesto, las superlargas eran simplemente las largas normales); era yo, la que inexplicablemente buscó una solución imaginativa a mi falta de coherencia y conocimiento “conductor”.
De este diálogo, del que ninguno de los cuatro jamás se olvidará, me quedaron dos buenas y otra mala sensación: las buenas son, que no tendré que preocuparme más de haber “deslumbrado” a los que circulaban por el carril contraio (puesto que era mentira o mero fruto de mi imaginación), y que no tengo que pagar el arreglo imaginario, pues se ha arreglado como si fuera un milagro (razón por la que estoy muy contenta); la mala, es que me digo ¡qué espabilada eres, Eider! Aunque la verdad es que luego me río de mi misma y soy feliz con estas chorradas que me pasan en la vida. Jejeje...

2008-10-21

San Faustoko errepetizinuak

Durangoko San Faustuak ondo egon diez, baina bertako ferixa, esan biherra dau, ez dala dauenik eta onena... lau postutxo, sagar batzuk, gaztai pare bat ta, hori bai, txorixua (ta aspaldiko partez gainera talo txorixuaz jan ginun!)


Hamen ondio momentua kontrolpien daukogu...


... baina laster jendia hasten da desbariatzen kumunien.... zelako festak komunien, ehh??!! Zenbat pertsona batera sartu al gaiela uste dozue? bota, bota... inoiz ez dozue asmatuko!


Gora Dordoka Maixu eta bere irakaspenak! Dragoi Bolak markauta itzi dozta bizitza guztirako!!

... y se nos fue de las manos...

2008-10-20

DESPERTAR II

He estado de paseo y me he sentado en un banquito en medio de un robledal a sentir la Vida. Una vez más una sensación de bienestar me ha inundado el cuerpo y me han entrado ganas de dar las gracias a nuestra Pachamama por esto que nos regala cada día para que podamos seguir respirando tranquilos de que no nos va a faltar el aire. A nuestro Padre el Sol, por darnos el calorcito para templar nuestra sangre y así poder seguir en movimiento; y a nuestra consejera la Luna, por estar ahí para decirnos que hay más luz que sabe brillar en una fría y eterna oscuridad, que nos recuerda que no todo lo que reluce es de color de oro y por saber guardar nuestros secretos más ocultos. No los podía ver: ni a Lorentzo ni a Kattalin, pero no me hacía falta alcanzarlos con la vista para estar segura de que están ahí en todo momento. Y los he sentido dentro de mí, y he sentido a la Tierra: he puesto los dos pies en el suelo y he alzado la vista para aspirar el cielo de nubes rosas. ¡Qué bien se sienta una cuando se sabe en los brazos de su Madre! Un murciélago ha empezado a volar en espirales frente a mí, y me he quedado como pensando en algo que no sabía lo que era. Una rama de un roble situado detrás de mí, ha dejado caer una bellota haciendo que chascaran las hojas que yacen en el suelo. Y me ha venido un pensamiento a la mente: ¡claro! Todo lo que deja de tener vida, todo lo que muere, cae al suelo. Todo termina en la Tierra. Es como si nuestra Madre Tierra acogiera así en su regazo lo que antaño puso de pie. ¡Es maravilloso! Es como si se hiciera realidad la historia al revés que dice que tendríamos que nacer de la muerte y al final de nuestros días tendríamos que acabar en el útero de nuestra madre, porque es el sitio más perfecto, ¡es el paraíso! ¡¡Y así es!! ¡Volvemos al lugar del que vinimos: a los brazos de nuestra Madre Tierra, a la Vida! ¿Será eso lo que las religiones han querido llamar como resurrección? Me ha invadido una fuerte oleada de alegría y tranquilidad. Pero, de pronto, he notado como empezaba a llorar. Y, sin embargo, las lágrimas no caían hacía el exterior sino hacia dentro. Notaba como esas lágrimas formaban un riachuelo que regaba todo mi ser y me sumergían en una apacible melancolía. No sé cómo ponerle palabras a tanta emoción. No me sentía triste, pero, sí, muy melancólica, como si añorara algo que no alcanzo a recordar.
La Madre Tierra siente y necesita cariño y tacto, como toda forma de vida. Ella que no hace más que ofrecer sin esperar nada a cambio, Ella que nos otorga la vida y nos espera en la muerte, Ella que no hace más que perdonar, levantarse por sí sola y sonreírnos como si no hubiera pasado nada, Ella que es todo amor, Ella que es todo Vida. Increíble.


Aún sigo sin entender la prisa y el vértigo de la carrera de la evolución y el desarrollo de este mundo tecnológico, que todo lo arrasa sin más lógica ilógica (*) que el “bienestar de la sociedad”. Cada vez que intento criticar la constante e improvisada implantación de construcciones y acciones fantasmagóricas de diferentes servicios, alguien me pregunta que en qué mundo vivo; que una persona inteligente no puede perder el tiempo en pensar en esas chorradas que ocupan la cabeza de esos que luchan y aparecen en la tele; paso a un nivel inferior en los ojos de toda esa gente que evoluciona paralelamente con esta sociedad de consumo y de mentira, y se lo creen. Desde luego a todas esas personas quiero decirles que tengo los pies, la cabeza y el corazón en este mundo. Sé sentir el mundo como ójala los demás lo hicieran, porque es algo grande, precioso y tranquilizador. Estoy segura de que hace mucho tiempo, cuando aún no pensábamos tanto en nuestro comfort, sino en vivir en paz con nuestro entorno, tuvimos una relación con la Tierra que va más allá de lo que cualquier acción mundana pueda aportarnos. Conocíamos la verdad y era muy bonita; se podía vivir en paz porque no había miedo. ¡Claro! ¿A qué íbamos a tener miedo, si la realidad era tan apaciguadora? Ahora hacemos especulaciones de lo que puede ser la verdad, o mejor dicho, otros las hacen por nosotros y nosotros las aceptamos como tal. Tenemos miedo porque quieren que lo tengamos, porque esa es la única manera de creer en su protección...
En fin, estas charlas me pueden dar para muy largo y me tengo que ir: PEACE AND LOVE.

(*) Que quede bien claro que es la lógica la que lleva el adjetivo de ilógica, y no al revés. A estas alturas supongo que está claro a lo que me refiero, pero como no quiero que quede ni el más mínimo resquicio de duda ante los más exigentes, no me cuesta, y de hecho, me tranquiliza, aclararlo.

2008-10-19

DESPERTAR


Llevo cierto tiempo (mes y medio, más o menos) pensando sobre la Vida e intentando comprender. No sé cuál fue el primer pensamiento que me encauzó en este río de meditaciones y filosofía. Creo que me puse a pensar en lo que hay, en lo que existe; que son diferentes elementos, que no sé si son 50, 100 ó 200 en total, pero que todos caben en una tabla periódica. Y no hay más. Es decir, que tanto nosotros, como los árboles, las piedras y el aire estamos hechos de la misma materia en diferentes combinaciones.
Una vez hace mucho tiempo, las constelaciones se alinearon de alguna manera creando un ambiente propicio para que ¡pum! naciera el primer átomo. La primera forma minúscula de vida. Apareció otro. Siguieron por separado hasta que se dieron cuenta de que si se montaban uno encima de otro podían llegar más alto, o hacer más fuerza, o alcanzar cualquier otra meta; e incluso consiguieron crear ellos mismos otro atomito con una cualidad de la que ellos no disponían. Así, la Vida empezó a evolucionar hasta el día de hoy; los pequeños átomos se convirtieron así en jabalís, txibiritas, nubes y yo. ¿Qué asombroso fenómeno es el que ha hecho que la combinación de esos elementos sea tan complicada y harmoniosa que incluso ha llegado a tener conciencia de ella misma y de lo que le rodea?
Sigo con estas divagaciones y pienso: ¡hay que ver que estamos hechos de millones de átomos que se han juntado para hacer lo que estamos haciendo: viviendo! Y no solo eso, sino que al mismo tiempo actuamos (y somos) como átomos gigantescos que buscan otro átomo con quien juntarse y así poder seguir viviendo, mediante la creación de vida nueva. Es que somos y hacemos lo mismo que hacen los elementos entre ellos para que nosotros tengamos forma (en el sentido más amplio de la palabra). Lo que viene significando que simplemente somos una parte de algo más grande: la Vida. Es como si hasta ahora hubiera creído que cada uno de nosotros, las plantas, los animales eran vidas diferentes. Pero no, no es así, existe una única Vida y nosotros solo somos una parte ínfima de ella. ¡No es que yo sea un continente independiente que camina por la Tierra, es que todos somos un continente! Somos parte de la Tierra, somos la Tierra.
Y acto seguido me pregunto que qué es entonces el alma, cómo se encaja la función del espíritu en todo esto. Tiene que existir otra dimensión que diverge de la evolución de la Vida. Pero eso ya es otra charla y más dudas.
El fin de semana pasado, vino a verme Mario, persona con la que puedo salir a naufragar por el mundo más misterioso sin sentirme rara y con la que comparto inquietudes y momentos de mucha filosofía. Le explique (o intenté hacerlo lo más claramente posible) todos estos pensamientos que no tienen ni comienzo ni final y, tal como le hice saber a él también, dichos pensamientos empezaron a ser más claros a estar menos difusos. Una vez leí en un libro (ya no me acuerdo cuál fue, si no lo citaría encantada, pero creo que fue Isabel Allende la que lo escribió) que las ideas cuando están en la cabeza son pensamientos que se mezclan, que no tienen tanta fuerza, pero que en el momento en que las traducimos a palabras empiezan a tener más forma y más vida. Empiezan a ser más verdad.
Entresemana vi un documental que corta la respiración. Zeitgeist. Impresionante y terrorífico. Aconsejo fervientemente a todo el mundo a que lo vea. Se puede descargar fácilmente e incluso verlo en streaming, hay un montón de gente que quiere que se sepan las verdades; está en inglés y subtitulado al español, lo que no debería ser ningún obstáculo para nadie. Pues bueno, hacia el final del documental se lanza un mensaje: que todos somos uno y que mientras haya guerras con sus ganadores y sus perdedores nunca habrá paz. ¡Pues es como si mi mano derecha se peleara con la izquierda! ¿Cómo puedo estar bien si una de mis estremidades está sufriendo? La Vida, es decir todos y cada uno de nosotros, no está bien si hay una parte que mata a otra. Lo peor de todo es que son personas los que lo planean todo. Una cúspide de poquitas personas que lo han manipulado todo desde hace muuucho tiempo. No sé qué me da que es la misma gente que en un tiempo fue heredera de una gran verdad. Ha sido ese tiempo, sus manipulaciones, su inteligencia, su perseverancia y el ser el guardián de tal secreto, lo que les ha otorgado un inmenso poder. Y, ai ama! ¡cómo corrompe el poder! Cómo se puede relegar el saber una verdad con el querer ser el más poderoso del mundo. Supongo que a esa gente ya no le importa la verdad. Y aún más, no quieren que nadie hable de ella, lo único que les interesa es controlar. Y yo me pregunto: ¿por qué? ¿qué finalidad tiene el controlar el mundo? Ellos, tan terroríficamente inteligentes, que en un principio saben de lo que he hablado y lo que he pensado mejor que el abecedario, se ven corrompidos por ese inmenso poder y se olvidan de su verdad tan maravillosa, ¿y todo para qué? O saben algo que se me escapa o, como me ha planteado mi ama, es que los humanos venimos con un fallo de fabricación y se nos olvida que en breve vamos a morir. Y no solo eso, que si seguimos destrozándonos y destrozando nuestra Tierra (que al final es repetir la misma idea), todo poder carecerá de valor, pues habremos perdido lo único que ES: la Vida. Porque sin Vida no hay nada ¿no?
Total, que voy a acabar mi escrito con el mismo mensaje con que lo hace el documental: ¡amad!

2008-10-06

2008-10-05 Txindoki

El aire que respiras en las limpias alturas te abre el alma. ¡Qué bonita es mi tierra, mecachis en la mar!





2008-10-05

Urriak 3: Maritxu Kajoi

El pasado viernes, 3 de octubre, se celebró en Arrasate la fiesta de Maritxu Kajoi; fiesta a la que hay que acudir vestida de gala. Nosotras no íbamos a ser menos, así que, nos pusimos de punta en blanco para variar (sobre todo yo) y disfrutamos del concierto de Neguri Gorriak (que es un grupo que homenajea, como su nombre bien indica, a los magníficos Negu Gorriak) en la carpa que habían habilitado para tal noche. La noche pasó sin mayores incidencias que la de mi hermana perdiendo su zapatito cada dos por tres y posando su delicado pie en el suelo mojado por la lluvia de la tarde (ya que, por suerte, en toda la noche no nos cayó ni una gota). Yo ya me había previsto la jugada y por ello me fui con botas, ocultas en las fotos intencionadamente...