2008-05-30

Miradas en Biarritz

Este último fin de semana, estuve en Iparraldea. Allí quedé con un amigo de Saint Jerome (Quebec). Hacía medio año que me despedí de él con la rara y triste desconfianza de no volver a verlo. Y no fue un sentimiento solitario. Pues, tal y como, al reencontrarnos en Biarritz, él me describió el momento de la despedida, también él había sentido esa ingrata certidumbre de un adiós, y no de un hasta luego. Aquellos minutos, durante los cuales no dejó de nevar y ofrecerle a la situación un toque aún más melancólico y en que nos miramos a los ojos y nos deseamos lo mejor para nuestras vidas, no podían estar más equivocados. Pues la vida nos brinda estas sorpresas que irrumpen en la vida y vienen con un ramo de flores debajo del brazo para hacerte sonreir.
Al sentirle a él más cerca, he sentido también que llegaban a mí, miles de recuerdos de toda aquella gente con la que compartí tanto tiempo y tanta vida. Los sentí a todos más cerca, y la posibilidad de volver a verlos resurgía de la nada. ¿Quién sabe a quién me voy a encontrar mañana paseando por Atlántida? A veces la inseguridad de la dirección de nuestras vida es lo que le da belleza, el no tener ni idea de lo que nos va a avenir. Porque por muy seguros que estemos de algo, es mentira. Todo puede cambiar; todo puede ser incluso mejor.

GAÑAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAANNNNN!!!!!!!!!! Ese es él.

Merci pour venir jusqu'a moi... j'ai aimè que tu etais là!







2008-05-19


¿Te imaginas que ves estos maravillosos y profesionales trajes de aldeanas con alguien dentro? ¡En dos fines de semana debutamos en la plaza de mi pueblo! Estos trajes tomarán vida propia y se rellenarán con dos cuerpos bailarines para homenajear a la danza regional euskalduna. Resulta que se celebra el 40 aniversario de Besaide Dantza Taldea (el grupo de bailes de Elorrio) y de Erdella Mendizale Taldea (el grupo de montañeros), y es por ese motivo que actuaremos y demostraremos a los espectadores que tampoco se aprende tanto en estos meses que llevamos ensayando ¡Pero no hay miedo al ridículo! Vamos a pasarlo como los chichos en su primera actuación.

¡El 31 de Mayo día grande! Baile más comida popular; todo por la diversión y el buen ambiente. ¿Por qué me gustará tanto la fiesta? Esto debe ser genético. ¡Y a reirse! Que se preparen esos andaluces oriundos que se han apuntado a este bombardeo.

2008-05-14

Barzana

Este finde estuve en Barzana con Mai y Jose. ¿Eso dónde está? Pues es un pueblito asturiano situado a unos cuarenta kilómetros de Oviedo hacia el interior, hacia León. Pertenece a la comarca de Teverga (o Teberga, en bable) y en él viven, nada más y nada menos, nueve pedazo de habitantes. Los que sonríen con ilusión al ver llegar a “los vascos” que dan al lugar un toque juvenil y novedoso. Las calles no tienen nombre, a los carteros les basta con saber el número de la casa para dar con la dirección. La número diez es una casita-caserío rodeada de otras casitas-caserío abandonadas, alambradas que amurallan a las tropas gallinaceas, hórreos y verde, mucho verde. La peña Sobia y otra roca inmensa, de la que desconozco el nombre, se imponen a la apacible tranquilidad de la zona. Se respiran mitología y una magia ancestral que te hechizan nada más poner un pie en su Senda del Oso o cualquier otro camino de aquel paraje.

El sábado por la mañana estuvimos en San Martín, el pueblo más grande de la comarca, porque se celebraba un concurso-exposición de ganado: vacas culonas y toros. Estábamos entre todo aquel amasijo de aldeanos, kakas de vaca y toro, cuando por los altavoces empezó una canción que hacía años no oía. Lo curioso es que aquella canción la había oído en Andalucía, en un casette que no he vuelto a ver ni escuchar, y que desde que me la enseñaron le tuve un especial cariño por la suavidad de su melodía y porque la relacionaba siempre con la abuela Manuela (me acordé de ti). Y, ahora, no sé cuánto tiempo más tarde, de repente, la vuelvo a escuchar en un ambiente totalmente asturiano, con sus gaitas y su toque celta. La curiosidad fue más fuerte que yo y, en seguida, me acerqué al señor que trapicheaba con la megafonía para enterarme, por fin y de una vez por todas, del nombre de los artistas que la cantan y del título de la nana. Me encantan este tipo de casualidades. Son detalles chiquititos de la vida, que te hacen un poquito más feliz.

Habiendo obtenido buenos resultados de mis pesquisas, nos fuimos los tres a indagar el misterio de la sidra. Botella va, botella viene... ¡y nunca se detiene! Terminamos con unos chicos de Mieres a los que también atraía la degustación del santo vino de manzana. Más bien tarde que temprano, retornamos a Barzana para preparar una jugosa costillada en la brasa. Jose, jefe y rey de la barbacoa, hizo el trabajo principal mientras Mai y yo hacíamos de pinches y jugábamos con Latz.

Llenadas las barrigas hicimos el camino que nos conduciría al minúsculo (aunque algo más grande que Barzana) pueblo de abajo, en donde la gente tiene el privilegio de gozar de dos bares: La Parra, regentado por un portugueis “Zè” charlatán y abispado con el cual estuvimos riéndonos un buen rato, y el Peña Sobia, donde sacan unas patatas al cabrales ¡que se caga la perra!

Gracias a esta salida improvisada y repentina he empezado la semana con mucho ánimo y energía. Bueno, por eso, y porque, una vez más, la luna está creciendo.


Eskerrik asko, Mai ta Jose zuekin eruen izenagaitzik!!!

1. La número 10 de Barzana con sus tres dueños

2. El hórreo de Mai y Jose

3. Adentrándonos en la cultura de los que hacen cultura

4. Mai demostrando a los asturianus cómo hay que romper la sidra

5. La cuadrilla

2008-05-06

STÒ PENSIEROSA


Estoy pensativa. Así se dice en italiano y me encanta cómo suena... stò pensierosa. Pensaba en las cosas que siento y en las que no. Pienso que sueño con abstractos que me prometen pero que no dan, con realidades añoradas que hacen que maldigas el momento en que vuelves a despertarte. Sí, un día nuevo amanece, pero en el mundo de la inconsciencia se estaba más templado. Pienso que a veces siento cosas que no sé cómo explicar en esta lengua mortal; y que, por tanto, no sé pensarlas. Son como colores nuevos. Colores nunca antes vistos, ¿te imaginas, Eider, que un día ves un color inimaginado, que el cerebro no sabe procesar? No es fácil sentir inseguridad. Creo que nunca antes estuve insegura como lo estoy ahora. Y añoro la seguridad de vivir la vida que más deseas en la luna de tu mundo y que seas consciente de ello. Siento que me pierdo en querer saber lo que siento. Sin siquiera saber si lo que estoy sintiendo es real o no. ¡Incluso es difícil explicarlo con palabras! Siento, por vez primera, que deslizarme por la vida no se me hace tan fácil como siempre. ¿Será que estoy empezando a vivir la vida de los papás? En el mundo infantil y romántico del que vengo eso no pasa. Peter Pan... ¡qué guay! jeje... Stò pensierosa.