Hoy mi brujito está triste. Nosotros que existimos en el mundo del Principito, a veces la vida nos hace tragar unas dosis de agua amarga y se nos nubla la visión. Se nos olvida el olor de la vida. No la respiramos y, por momentos, nos desilusionamos. Yo no quiero vivir en el mundo de personas grandes, porque ellos no comprenden lo que significa estar enamorada de la vida. ¡Brujo, escupe la amargura que se te ha quedado en la boca y vuelve a saborear la dulcura y la felicidad! No te olvides de sonreir cuando mires esta noche a la luna, que yo te envío una de las mías a través de ella. No intentes entender a los grandes porque ellos no son como nosotros. Te dirán que la realidad es cruda, pero no es cierto. La realidad es como queramos nosotros que sea. Algunos lo pintan con pinturas monótonas, pero nosotros sabemos utilizar los colores más llamativos, simplemente porque son más bonitos. Vamos a jugar a ese juego secreto de la telepatía que tanto te gusta: yo pienso un color, cierro los ojos y tú no tienes más que dejar que ese color te llene la cabeza, te empape todo el cuerpo y te embargue de tranquilidad.
¡Sigamos soñando despiertos! ¡Sigamos observando el cielo de la noche, mirando las estrellas e intentando adivinar detrás de cuál de ellas se esconde nuestro pequeño principe adorando a su amada rosa!
“Everything will be ok in the end. If it’s not ok, it’s not the end.”