2008-05-30

Miradas en Biarritz

Este último fin de semana, estuve en Iparraldea. Allí quedé con un amigo de Saint Jerome (Quebec). Hacía medio año que me despedí de él con la rara y triste desconfianza de no volver a verlo. Y no fue un sentimiento solitario. Pues, tal y como, al reencontrarnos en Biarritz, él me describió el momento de la despedida, también él había sentido esa ingrata certidumbre de un adiós, y no de un hasta luego. Aquellos minutos, durante los cuales no dejó de nevar y ofrecerle a la situación un toque aún más melancólico y en que nos miramos a los ojos y nos deseamos lo mejor para nuestras vidas, no podían estar más equivocados. Pues la vida nos brinda estas sorpresas que irrumpen en la vida y vienen con un ramo de flores debajo del brazo para hacerte sonreir.
Al sentirle a él más cerca, he sentido también que llegaban a mí, miles de recuerdos de toda aquella gente con la que compartí tanto tiempo y tanta vida. Los sentí a todos más cerca, y la posibilidad de volver a verlos resurgía de la nada. ¿Quién sabe a quién me voy a encontrar mañana paseando por Atlántida? A veces la inseguridad de la dirección de nuestras vida es lo que le da belleza, el no tener ni idea de lo que nos va a avenir. Porque por muy seguros que estemos de algo, es mentira. Todo puede cambiar; todo puede ser incluso mejor.

GAÑAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAANNNNN!!!!!!!!!! Ese es él.

Merci pour venir jusqu'a moi... j'ai aimè que tu etais là!







1 comentario:

Pili dijo...

... de mirada serena...
Muchas gracias por el mensaje vía arena, Eidertxu! Me lo mandó JF vía msn esta semana y casi lloro... Te sentí muy cerquita!! Te debo un mail largo (no hay mayores novedades) pero llevo una semana un poco caótica. El finde lo hago. Un beso enorme!!